martes, 31 de agosto de 2010

Una historia ficticia de la vida real

(Hace unos cuantos años…)


Ya han pasado 20 min. y yo sigo esperando en la misma esquina. Ya he visto pasar ese mismo carro 3 veces y no deja de tocarme la corneta. Juro que si se para grito y salgo corriendo. Hubiese sido tan fácil que me pasara buscando por mi casa, claro, pero como la novia vive en mi misma calle no se puede arriesgar. Espero que no se esté desquitando por aquella vez que estuvimos súper cerca de hacerlo pero que al final arrugué. Aún no puedo creer que le dije que no a él; si desde que tengo uso de razón me gusta. ¡Coño, hasta que por fin llegó!

- Hola, móntate rápido.
- ¿Pero ni un besito?
- Cuando lleguemos te daré eso y más.

Me imagino que vamos a ir a cenar. Supuestamente él se venía directo del trabajo. ¡Ay pero quién va a estar pensando en comida con este hombre al lado! Aunque, de eso se trataba la apuesta, si él perdía, él tenía que hacer lo que yo le pidiese y si yo perdía yo hacía TODO lo que él quisiera. Menos mal que gané. De la que me salvé, según todo lo que le sugerí debe creer que soy una veterana. Si supiera… Quiero que me lleve a un restaurant, quiero que la gente me vea en público con él. Yo, una caraja normalita pues, con él al lado. Bueno y si no es un restaurant puede ser cualquier otro sitio, pero que me vean. Me muero de los nervios. Pase lo que pase no le voy a dar mi virginidad así de fácil. Qué se la gane, no joda. Han pasado 3 años desde la última vez que probé sus labios, después de toda la paja que habló de mi no se la merece… Si supiera que él sigue siendo el único que me interesa, mejor que no lo sepa nunca, yo sé que para él soy un pasatiempos. ¿Para dónde me llevará?...

- Disculpa, ¿para dónde vamos?
- Para mi casa.
- Pero, pero yo creía que íbamos a salir.
- Sí, sí tranquila, sólo voy a buscar algo.

Es la primera vez que voy a su casa y eso que él ha sido el mejor amigo de mi hermano desde la guardería. ¿Será que me tiene una sorpresa? ¡Qué romántico! Ningún hombre me ha hecho o dado algo especial en mi vida, bueno a penas tengo 17, pero igual…

- Me voy a meter a bañar, estoy sudado ¿qué quieres hacer?
- Yo te espero aquí en la sala, ¿y tú familia?
- Ok, toma el control del televisor. Ellos están de viaje.

El otro día vi en una peli, de esas de cine adulto de las 2am por RCTV, a una pareja que se bañaba, ¡wow se veían tan sexies! Tengo ganas de sorprenderlo y meterme a bañar con él. Sólo de imaginarme a ese morenazo de 1.87cm, ojos verdes, con cuadritos, piernas musculosas, desnudo y mojadito, me da dentera. Ajá, ¿y cómo hago con mi cabello? Yo salí con mi cabello bien liso de la peluquería, cómo le explico a mi mamá que se me mojó "dentro del cine", o le digo que a mi "AMIGA" se le cayó el refresco en mi cabeza. No, no, no está muy forzado, mejor me quedo aquí tranquilita. Además chica, no busques pelea, mantente pegada al plan: unos besitos, una agarradita y le dices que te lleve a tu casa que nadie lo mandó a desaparecerse todos esos años.

- Vente, vamos para mi cuarto.

¡Dios mío! A mí me va a dar algo, no sé quién está más mojado, él o yo. Vamos mujer, tú ahí fuerte. No se la vayas a dar. Él tiene novia. No importa que haya sido tu primer besito a los 11, ni tu primera agarrada de teta a los 14. Él te rayó con la gente del colegio, dijo que ustedes nunca habían tenido nada, que todo era producto de tu imaginación. No se la des, no se la…

- Acércate vale, ¿o es que ahora me tienes miedo? Antes tú no eras así. ¿Qué pasó con todo lo que me prometiste por teléfono?
- Tú no ganaste la apuesta. No te apareciste en mi cumple como lo prometiste, sabía que no lo harías, ¿qué hubiesen pensado tus amigos y los míos, no?
- Sabes que siempre hemos disfrutado más a solas, ven para darte tu regalo.

Él sueña que agarrándome fuerte, pegándome a la pared y recostándomelo yo voy a ceder. Esto parece escena de novela, me está besando a la fuerza. Qué… qué… qué rico, me encanta como besa. Cuanta fuerza. Ya se le paró. Me está raspando con los cañones de su chiva. No, no te agarres la toalla déjala caer. Despégate niña, no seas débil.
Mierda, pero en qué momento me llevó a la cama. Sus besos son cada vez más apasionados, está como desesperado. Qué traviesa es esa lengua, ya va bajando por mi pecho. Sí, está bien, quítame la camisa. Epa, ya no tengo sostén, creo que es momento de pararlo. Calma, calma, preocúpate cuando te esté bajando el hilo. Hasta que por fin se le cayó la toalla. Dios mío. Este tipo es enorme, no, no, no, y a parte grueso. Tengo miedo, no puedo caer, no puedo. Se ve tan bello todo duro con sus venas brotadas, mínimo 18 cm, tiene vida propia, pareciera que me rogara que lo besara y chupara.

- Dale un besito, anda, sólo uno, él no muerde.

Ya sé que él no muerde el que muerde eres tú y me vuelves loca cuando lo haces.

- No, no… no en serio que no.

El pantalón estorbaba, así que me lo quitó. Deslizó su mano por dentro de mi hilo.

- Qué mojada estás.
- ¿Y eso es malo?... ¿qué estás haciendo?
- ¿No te gusta mi dedo?
- Sí.
- Si sientes placer, baja con tu boca y dale un besito.
- ¡Ja! Un besito. ¡Qué falso¡
- No me digas que sigues igual de galla y mojigata.

¿Cómo me dijo? Se lo voy a mamar. Él no me va decir microondas en mi cara.
Para ser mi primera vez, pareciera que supiera lo que estoy haciendo. Sigo los pasos que encontré en internet de sexo oral: 1-enfócate en la cabeza, 2- mételo lo más profundo que puedas (aunque se te pongan los ojos aguados y no puedas respirar), 3- no olvides las bolas. En la cara se le nota cómo lo disfruta. Le tengo que dar un poco de crédito a él también, me tiene agarrada por el cabello y así controla mi cabeza: baja, sube, baja, sube, baja, baja, baja…
Él siguió estimulándome con sus dedos, ahora eran dos, los intercalaba con su lengua. Se montó encima de mí, yo aún con mi hilo puesto. Empezó a besarme de una manera casi animal, estaba tan excitada. En cuestión de segundos volvió a correr mi hilo a un lado y sin percatarme me penetró. Me dolió, y así sin más ni menos dejé de ser virgen, sin ser consultada, sin un te quiero, ni velas, ni música de fondo, pero es que ni siquiera estaba del todo desnuda, ¡coño!
Luego de eso no recuerdo mucho más, sé que no dejó de dolerme y que mucho menos sentía placer. Él no era el indicado, yo no quería. Cuando por fin acabó, lo hizo afuera. Unas gotas cayeron en mi cara, yo estaba en shock. Hizo un comentario acerca de la sangre en la sábana, yo seguía aturdida.

- Está comprobado, el que persevera vence, ¿no?
- No sé de qué me hablas.
- Bueno, ¿no era esto lo que querías desde que tienes 11? Vístete rápido para llevarte a tu casa, más tarde tengo que pasar buscando a mi novia.
La Girl-a

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